Estoy tratando de encontrarme
Estoy tratando de encontrarme pero por más que lo intento no puedo hallarle.
Te he buscado por los pasadizos secretos del incierto en los que sólo hallo huellas que presurozas huyeron de estas penumbras.
Te he buscado bajo la cama destendida del miedo y he notado en la baldosa una marca empañada de tu aliento que me supone has estado allí metido.
He subido una y otra vez las escaleras de mis emociones sin poder hallarte, pero extrañado noto que las has pintado de tantos colores claros y oscuros que apenas puedo diferenciarles.
En la cocina la nevera abierta está vacía de alimentos pero llena de sozobra y ansiedades mientras que el lavadero me cuenta que después de lavarte un par de culpas has ido al tendedero a secarlas en el aire tibio de la esperanza.
Recordé ese tu lugar preferido en pleno corazón de la casa; el cuarto de oración que te devuelve el aliento y te recarga de fe, me dije, sin duda alli debes hallarte. Así que corrí presuroso para por fin conectarnos, pero cuál fue la sorpresa cuando en medio de suaves melodías en el aire, observé aún la chimenea encendida, pero tú presencia esquiva parece que sigue buscando altiva.
Me lleno de ilusiones al escuchar risas juguetonas en el patio que me cuentan que debes estar allí, salgo corriendo para llamarte, pero apenas miro por la celosía contemplo el columpio aún mesiendose con timidez, como testigo de tu sigilosa huída.
Tras tantos intentos fallidos he tomado una determinación; he de quedarme quieto esperando que pases por aquí, yo sé que en cualquier momento dejaras de tenerme miedo y acudirás a mi cita de encuentro en esta mesa de la aceptación completa, que para ti; siempre permanecerá con luz y generosamente servida. (Yeison Bedoya Álvarez. Abril de 2024)